Crítica

Hoy voy ha hablar de la locura del mundo taurino. Me parece inhumano que alguien pueda seguir por la televisión o incluso ir a ver en directo una tortura a un animal.
Los toros son animales salvajes, pero también son seres vivos, y como cualquier otro animal, no se le puede torturar. Algunos llaman arte a las corridas de toros. Y no me entra en la cabeza, que en pleno siglo XXI en el que vivimos, todavía haya gente que pueda llamar ARTE a marear a un animal mientras se le van clavando banderillas, hasta que ya agonizante y después de más de una hora sufriendo y sangrando se le da el remate final clavándole una espada.
También me tengo que meter con los medios de comunicación, sobre todo con la televisión, que cada tres o cuatro días tienen que hacer algún reportaje promocionando las corridas de toros, o retransmitir una entera.
Yo lo que hago es cambiar de canal y tener la esperanza de que todos los que, como a mí, no les guste el mundo taurino lo hagan también, consiguiendo quitar un poquito de audiencia a esas cadenas de televisión. Ojalá cada vez más personas lo hagan también, para poder algún día obtener la satisfacción de que hayan dejado de publicitarlo y como consecuencia caigan las ventas de entradas de las corridas de toros.
Todo esto se acerca más a la ciencia ficción que a la realidad. Pero con mucho trabajo, y manifestaciones podremos conseguir que sea más real que fictíceo. Por los derechos de los animales, y porque como bien dice el eslogan: La tortura ni es arte ni cultura.